Los hongos son microorganismos que pueden crecer de forma natural sobre las materias primas destinas para alimentación animal. Existen más de 10.000 especies, aunque sólo un 30% pueden presentar potencial patogénico. Los hongos pueden desarrollarse durante el cultivo o el almacenamiento de materias primas, entre ellas el trigo, maíz, soja y arroz. El almacenamiento de granos fragmentados y en condiciones de humedad, calor y poca aireación promueven la proliferación de mohos y levaduras. Además, muchas especies de levaduras constituyen parte de la microflora habitual del tracto digestivo de los animales. Los hongos que presentan mayor prevalencia en materias primas son Aspergillus, Penicilium, Mucor, Rizopus, Alternaria, Fusarium, Cladosporum y Tricotecenium.
Los alimentos con elevada contaminación por microorganismos denotan un perfil nutricional reducido, palatabilidad alterada y mayor probabilidad de generar consecuencias sanitarias y productivas. El efecto sobre el perfil nutricional es variado: reducción entre un 5 a 25% de la energía metabolizable; reducción del aporte de aminoácidos, disminución del aporte de ciertas vitaminas y menor calidad de proteínas digestibles. Existen modificaciones organolépticas de los granos que puede generar un efecto de rechazo de la ración, especialmente en cerdos.
Las micosis son enfermedades sistémicas causadas por la invasión de hongos sobre los tejidos vivos y generan su destrucción mecánica. El agente causal de la enfermedad es el propio hongo per sé. Estas patologías deben ser diferenciadas de las micotoxicosis, en donde el agente causal de la enfermedad son las “micotoxinas”, metabolitos químicos producidos por hongos filamentosos.
Las micosis producidas por hongos con capacidad de colonizar tejidos del sistema digestivo pueden ser clasificados bajo las siguientes patologías:
A: Candida albicans. Tincion Gram. B: Buche con aspecto engrosado y presencia de pseudomembranas blanquecinas y consistencia caseosa. Arne y Lee (2020).
A: Molleja con presencia de lesiones erosiva en capa córnea B: Presencia de manchas blanquecinas en cara interna de la capa córneas de la molleja.
Imagen: Mucormicosis en válvulas ileocecales.
Existen factores de riesgo que predisponen a este tipo de micosis digestivas y agravan los procesos patológicos. Estos incluyen a la mala nutrición, la deficiencia de vitamina D, la falta de higiene en el manejo de instalaciones, el estrés, las enfermedades inmunosupresoras y el uso prolongado de antibióticos que suprimen la microflora normal.
Desde hace medio siglo, los antibióticos a dosis sub-terapéuticas se han utilizado para obtener ventajas económicas y sanitarias en avicultura y el ganado. A corto plazo, se han obtenido mejoras en los parámetros productivos, mayor digestibilidad de nutrientes, protección del sistema digestivo e inmunológico de los animales y prevención ante la colonización de patógenos. Sin embargo, su uso prolongado, indebido y abusivo ha llevado a preocupantes consecuencias a mediano y largo plazo. La principal secuela es la resistencia bacteriana, que consisten en todos aquellos mecanismos implementados por las bacterias con el fin de sobrevivir a la exposición a un agente antimicrobiano. La aplicación preventiva de antibióticos reduce parte de las bacterias patógenas en el intestino, pero no su eliminación total. Esto permite la especialización de los microorganismos en términos de resistencias e implica mayores esfuerzos en estrategias de antibioticoterapia para su eliminación.
Por otro lado, los xenobióticos utilizados generan residuos en subproductos como carnes, huevos y leche. Los alimentos con dosis ínfimas para consumo humano pueden generar procesos de resistencias, que tienen implicancia en salud pública. En base a estos hechos, muchos países han restringido o prohibido el uso de antibióticos sin razones terapéuticas en producción animal.
En tercer lugar, la aplicación de antibióticos reduce parcialmente la microflora bacteriana benéfica que interviene en la digestibilidad de los alimentos y aprovechamiento de nutrientes. El ambiente intestinal es un complejo micro-ecosistema que debe mantener un delicado equilibrio. Esta eliminación genera un desbalance que puede favorecer la colonización de microorganismos patógenos. En ello se fundamenta el desarrollo de las micosis digestivas, en muchos casos oportunistas.
La aplicación de sustancias conservantes a los alimentos ha sido una estrategia utilizada para evitar los efectos del uso de antibióticos. Los ácidos orgánicos son una categoría de productos con ventajas bien conocidas. Sin embargo, paulatinamente han dejado de captar interés, dado que presentan un efecto de corta duración, acción limitada, la eficacia se reduce con el tiempo y presentan propiedades negativas para los operarios y las maquinarias. Algunos pueden alterar características organolépticas de los alimentos y generar el rechazo del consumo de la ración.
Una alternativa que ha tomado mayor relevancia en la última década, es el uso de conservantes a base de extractos botánicos naturales. Existen plantas o partes de ellas que concentran microelementos con capacidad microbiocida. Permiten regular e inhibir la proliferación de hongos y bacterias con capacidad patógena, cuando son aplicados a las materias primas antes de su ingestión. El interés en los extractos botánicos ha aumentado, ya que presentan un amplio espectro de acción, efecto prolongado, seguridad en su aplicación, se requiere de dosis reducidas y no generan resistencias bacterianas ni residuos en subproductos. En muchos casos, mejora la palatabilidad de los alimentos haciéndolos preferibles para el consumo.
MINERVET S.A. ha desarrollado un conservante natural denominado MINERMOLD. Este aditivo presenta acción biocida, a diferencia de otros productos convencionales que solo actúan como bacteriostáticos y fungistáticos. Su mecanismo de acción evita la presencia y proliferación de microorganismos en los piensos, la producción de nuevas micotoxinas y la reducción de las propiedades nutricionales de la ración.
Se ha demostrado que MINERMOLD puede ejercer un efecto de larga duración, superando los 5 meses desde su primer y única aplicación. En ensayos in vitro de inhibición de crecimiento con mohos y levaduras (Candidas spp.), ha demostrado ser altamente eficiente y superior al efecto obtenido con ácidos orgánicos. Por otro lado, MINERMOLD ha demostrado que produce mejoras en parámetros productivos de cerdos y broilers, en relación a la ganancia de peso, índice de conversión y tasa de mortalidad. Los resultados se vinculan con una menor carga microbiológica de los alimentos, un ambiente intestinal propicio para el mayor aprovechamiento de los nutrientes y disminución de la incidencia de enfermedades.
Conclusión
La adquisición de materias primas de calidad en alimentación animal, siempre serán un desafío para el productor. El uso de antibióticos y otros aditivos a fin de regular la carga microbiológica de los alimentos ha sido controversial, y en ocasiones, ha promovido la aparición de una variada cantidad de micosis digestivas como enfermedades oportunistas. Los aditivos conservantes formulados a base de extractos botánicos han demostrado ser adecuados, ventajosos y competitivos como estrategia para regular los microorganismos en los alimentos. Su acción se refleja en el mejoramiento de los parámetros de producción y sanitarios de las explotaciones pecuarias, lo que se encuentra directamente vinculado a una mejor valoración económica del sistema productivo.
BIBLIOGRAFIA: